En mi vida hay dos tipos de personas,
las que vienen sin más y te juzgan sin conocer
y las que realmente te conocen.
No todo el mundo se merece
lo que estamos dispuestos
a dar por ellos.
Pero tú, sigues ahí.
Intentas hacer feliz a los que te rodean,
porque sabes que verlos feliz
te hace feliz a ti también.
Dicen que siempre hay unas personas
que marcan más que otras, y son por estas
por las que acabarás llorando.
Das todo sin importar
lo que vayas a recibir a cambio,
siendo a veces nada.
Te sustituyen por alguien "mejor"
y entonces te preguntas;
¿que estaré haciendo mal?
Te esfuerzas aún más
y sigues en las mismas,
derrochando lágrimas
en esas frías noches.
El amor es dolor,
unas veces sale bien y otras no tanto
pero como todo, ¿no?
A veces no sabes si quedarte
y seguir intentándolo un poco más
o irte y pensar que es mejor así.
Basta,
basta de ver como la gente te cambia
por algo más fácil o
como se van cuando tú siempre
te has quedado.
Yo soy la que te busca por miedo a perderte otra vez.
Yo soy la que te pide perdón cuando tú no te quitas el orgullo.
Yo soy la que te quiere a ti incluso más que a mí.
Y el problema al final,
acabo siendo yo.
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