jueves, 25 de agosto de 2016

Pero tú, sigues ahí

En mi vida hay dos tipos de personas,
las que vienen sin más y te juzgan sin conocer
y las que realmente te conocen.

No todo el mundo se merece
lo que estamos dispuestos
a dar por ellos.

Pero tú, sigues ahí.

Intentas hacer feliz a los que te rodean,
porque sabes que verlos feliz 
te hace feliz a ti también.

Dicen que siempre hay unas personas
que marcan más que otras, y son por estas
por las que acabarás llorando.

Das todo sin importar 
lo que vayas a recibir a cambio,
siendo a veces nada.

Te sustituyen por alguien "mejor"
y entonces te preguntas;
¿que estaré haciendo mal?

Te esfuerzas aún más 
y sigues en las mismas,
derrochando lágrimas 
en esas frías noches.

El amor es dolor,
unas veces sale bien y otras no tanto
pero como todo, ¿no?

A veces no sabes si quedarte 
y seguir intentándolo un poco más
o irte y pensar que es mejor así.

Basta,
basta de ver como la gente te cambia 
por algo más fácil o
como se van cuando tú siempre
te has quedado.

Yo soy la que te busca por miedo a perderte otra vez.
Yo soy la que te pide perdón cuando tú no te quitas el orgullo.
Yo soy la que te quiere a ti incluso más que a mí.

Y el problema al final,
acabo siendo yo.

lunes, 22 de agosto de 2016

Todo es temporal

Vengo a unirme a la gente 
que ya no cree en los "para siempre" 
y tal vez a destrozar ilusiones 
de los que aún siguen confiando 
en dos simples palabras.

¿Recuerdas aquella amistad que tenías?
Esa en la que en menos del tiempo que pensabas que iba a durar
ya te habían jurado algún "para siempre" y un 
"nunca te voy a faltar".

¿Y que ha pasado ahora?
Que miras a tu alrededor 
y ya no tienes a esa persona,
intentas buscarla en tus recuerdos
y vuelves a rebuscar por todos los cajones, 
hasta que de repente...
encuentras aquellas fotos que os hicisteis aquel atardecer, 
te fijas detenidamente en como sonreíais 
y se te viene todo encima, 
solo deseas cerrar los ojos 
y que todo sea como antes,
pero NO.

Ahora simplemente 
te queda cruzarte con ese pasado por la calle 
y decirle hola, ¿cómo te va?
Después de creer saberlo todo 
ahora ya no sabes nada,
agachas la cabeza, le dices adiós
y sigues caminando.

Y te preguntarás
que dónde quedaron todas esas promesas
y te diré que en palabras, 
palabras que en cuanto menos te lo esperas 
el viento sopla y se las lleva.

Por eso nada es para siempre, 
sino no tendríamos los días contados 
y nos duraría un dolor permanente.

Y no es así, 
porque cuando piensas "de esta si que no salgo" 
llega alguien que te hace ver la vida con otros ojos, 
te aparta las piedras del camino 
y te tiende una mano cuando estás a punto de caer. 

Y no te equivoques, 
esto tampoco será para siempre, 
ni el dolor que te deje tu pareja cuando te diga adiós, 
el café de las 16:00, 
tu serie preferida, 
las siestas a las 17:00, 
las caladas de aquel cigarro, 
ni el vodka en el que estás ahogando las penas...

Por eso,
déjate llevar sin importar el resto, 
disfruta todos los instantes de cada momento como si fuera el último, 
haz realidad todo aquello a lo que llamas "sueños", 
y a eso que le temes, arriésgate, no te quedes con el ¿y si..?,
regala sonrisas y momentos, no palabras 
porque sólo así harás únicas las cosas.

Pero recuerda, en esta vida
todo es temporal.

jueves, 18 de agosto de 2016

Te echo de menos

Voy divagando por las calles,
pensando que quizás con un poco de suerte
te vuelva a ver.

Desde que te fuiste ya nada es lo mismo,
no he vuelto a tener ningún cruce de miradas
como los que teníamos tú y yo.

Mis manos vuelven a estar frías,
ya no tengo esa seguridad 
que me transmitías solo con
entrelazar tus dedos a los míos.

Me faltan tus abrazos,
esos que me dabas de la nada
cuando me mirabas fijamente a lo ojos
y me decías 'conozco tu verdadera sonrisa'.

Parece que me dejaste sin ganas de sentir,
no te lo voy a negar, he conocido a otras personas
pero nadie ha logrado hacerme tan feliz 
con un simple 'me avisas cuando llegues a casa'.

Lo peor de todo
es que tú ya ni me recordarás,
sé que fui una más.

Y yo en cambio,
te echo de menos,
muchísimo.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Prólogo

Me siento en mi cama para escribir estas lineas, las sábanas están frías y a través de la ventana puedo observar a la gente.

Me fijo en los pequeños detalles, esos que a la mayoría se les escapan. Me doy cuenta que hay personas que van con prisa sin ni siquiera mirar a sus alrededores, otros que sonríen de la nada al leer algo en su móvil y otros como yo que sacan los auriculares del bolsillo los conectan al teléfono y se olvidan de la vida por un rato.

Quito la mirada de la ventana y me pongo a observar a Estrella, como siempre está acostada al pie de mi cama.
La miro detenidamente y me queda claro que a un animal se le quiere como a una persona o incluso más.

Recorro con la mirada las paredes de mi habitación, como suelo hacer la mayoría de mis noches y observo que a un lado tengo colgadas muchísimas cartas de incluso gente que ya no está en mi vida, pero que cuando lo estuvieron me hicieron muy feliz.
Me gusta que la gente me dedique cosas, pienso que de vez en cuando a todos nos gusta sentirnos un poco queridos.

Sigo con mis nublosos pensamientos y me percato de que hoy soy feliz sin ti, aunque a veces te cueles entre recuerdos siempre te agradeceré el que me hayas hecho ver que primero tengo que quererme a mí, ya que nadie lo hará por mí.

El amor es el motor en esta vida, pero sobre todo el amor propio.

Esas noches donde el mundo duerme, pero tu mente no. Donde pensamos en gente que ya no está o que nunca estuvo, o porque no, recordar un momento donde fuiste muy feliz.
Nunca podemos dejar la mente en blanco, ya que siempre hay algo que sea bueno o malo está dando tumbos por ahí.

Por eso pienso que somos una fábrica de momentos.


Introducción a mi blog

Os quiero explicar un poco antes de comenzar esto de que va a ir.

Escribo muchísimo la verdad, nunca pensé que hacer algo me fuera a transmitir tanta tranquilidad y esto quiero hacerlo de una manera donde podáis identificaros entre alguna de mis lineas, transmitiros vibraciones escribiendo pensamientos que solemos tener todos, cosas que nos han pasado como el amor, el desamor, la familia, la amistad...

Y una vez sabéis como irá esto, pillar un buen sitio, ya sea la playa, el parque o en tu simple colchón de la cama apoyada a la almohada que tantas historias ha conocido.

Lee mis páginas y comienza a flotar.

Aquí os dejo mis redes sociales por si queréis seguirme:
Twitter: @estherbarbera14
Instagram: @estherbarfe
Snapchat: @eesther_20

Gracias a los que me dediquéis un poco de vuestro tiempo leyéndome.

Adelante, vais a emocionaros de todas las formas posibles.
Os lo aseguro.

Un poquito de mí

Me llamo Esther, siendo mi nombre completo Esther Barberá Fenoll, aunque confieso que mis apellidos no son de mi agrado.
Podéis llamarme como queráis, no tengo un mote que me defina 100%.
Soy una perteneciente al año en el que iban a dejar de funcionar todos los ordenadores, para los que no lo sepáis, nací en el año 2000.

Por si os entra curiosidad:
me gustan los días con frío entre mantas viendo películas; me apasionan las de terror, una de las comidas que estaría comiendo toda la vida si fuera más sana, sería la pizza y con estrella, mi perra, soy mucho más feliz.

Me gusta mucho hacerme fotos y que me las hagan, aunque me cuesta, ya que no me gusta tener que posar delante de gente porque uno de mis defectos que me acompaña siempre es la vergüenza. 

La música me sigue a todos lados y en ocasiones ha llegado a entenderme mejor que muchas personas.

Escribir para mi es como olvidarse de este mundo por pequeños instantes y por ello os traigo: Ráfagas de anocheceres.